Después de
dos años del terremoto que devastó Haití, casi 300.000 menores siguen viviendo en refugios temporales
y constituyen el 40% de toda la población.
Los niños de
Haití sufren una epidemia de cólera actual y una pobreza persistente además de
que el acceso al agua potable y al saneamiento es muy limitado, por lo que se
propagan rápidamente enfermedades infecciosas. Cabe destacar que desde que se
produjo el terremoto en 2010, el número de casos de cólera ha disminuido
notablemente aunque aún es elevado el número de casos. A esto se le suman las
consecuencias psicológicas por haber perdido
familiares o conocidos en el terremoto y consecuencias físicas que aún
la mayoría tiene.
Antes del
terremoto la sanidad en Haití ya era limitada, pero tras este desastre natural,
desaparecieron muchas de las infraestructuras dedicadas a la sanidad y está
resultando complicado reconstruirlo por falta de suelo público. No sólo
destrozó el país sino que la dificultad de las familias ahora para encontrar un
empleo para dar de comer a su familia y sus hijos, parece no cesar. Además
agravó los problemas de alimentación, ya que antes del terremoto casi una
tercera parte de los niños menores de cinco años sufría desnutrición crónica, y
la mitad de las muertes de menores de cinco años se debía a este problema.
Esta
situación hace complicada la reconstrucción del país, aún lleno de escombros y la prestación de ayuda
sanitaria y alimentaria por parte de organizaciones.
Son numerosas
las organizaciones que se suman a este fatídico desastre como por ejemplo,
UNICEF, que ha repartido conjuntos de higiene para poder parar el cólera y a
través de IKEA ha llevado juguetes a los espacios acogedores de la infancia
para que los niños puedan sobrellevar esta situación además de aprender, jugar
y desarrollar su creación.
La directora
general de PLAN en España defiende que “La ayuda prometida debe llegar a
Haití, de la misma manera que el gobierno haitiano debe hacerse responsable de
liderar la reconstrucción del país. Cerca del 40% de la población es menor de
quince años, eso significa que si no se cumplen las
metas establecidas está en riesgo no solo el presente sino también el futuro
del país. No podemos permitir que el terremoto se convierta en uno de los desastres
olvidados de 2010”.
PLAN ha centrado su trabajo de este año en el tratamiento de la epidemia
del cólera distribuyendo kits sanitarios y ha puesto en marcha unidades
sanitarias móviles y centros sanitarios en los campamentos y se ha
vacunado a 124.000 niños de varicela,
difteria y tétanos.
Con esto, todas las organizaciones quieren paliar las consecuencias del
terremoto y conseguir menos muertes de niños por causas evitables y poder tener
la infancia que se merecen en Haití.
Bibliografía:
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